lunes, 22 de febrero de 2016

¿Porque muchos militares no son Uribistas?


Muchas personas del común, especialmente de la población civil, se atreverán a afirmar con severidad y con férreo radicalismo que todos los Militares de la patria son uribistas por naturaleza, es más, no se lo preguntan sino que se lo creen.

Pero si usted que me está leyendo decide salir de la duda se encontrara con lo siguiente: al preguntarle a un militar si es uribista o no, obviamente el no vacilara en contestarte que los militares no participan en política; pero, si le preguntas a un grupo de militares que actualmente no hacen parte de las filas activas del Ejercito por algún caso en particular (No se acostumbra a usar la palabra ex militar, porque un militar nunca dejara de serlo, así como nunca has visto a un ex médico o un ex arquitecto), se presentara una disyuntiva en cuanto a sus respuestas. Podrás percibir perfectamente respuestas que te confundirán, a tal punto de no entender de donde vienen estas posiciones tan contradictorias y tan opuestas a las que creías en un principio.

Pues bien, yo hago parte de ese grupo de militares que a diferencia de muchos no me considero Uribista.

En muchas de mis publicaciones me han tildado de guerrerista, de fascista, de paramilitar y de una cantidad de improperios que ya son muy subidos de tonos y que no valen la pena mencionarlos; pero, a la luz de la verdad, les confieso que no me han causado ningún daño y mucho menos afectaciones psicológicas que me lleven a contradecir mi formación, mis posturas y mis convicciones. Y como se lo he dicho a muchos de mis amigos más cercanos: “esas no son penas para un guerrero patriótico”.

Yo admiro mucho al señor Álvaro Uribe Vélez, he tenido la oportunidad de leer algunos de sus libros y me parecen muy asertivos, además, coincidimos en muchos posicionamientos e ideas, incluso, armonizo con el hombre en que somos muy disciplinados y estrictos, bueno, también en que así como él, igualmente he recibido los mismos patronímicos insultantes; por eso creo que muchos se estarán sorprendiendo al leer este artículo, porque me han visto en su misma línea, pero ojo, no se confundan, una cosa es coincidir y la otra es ser su seguidor.

Como ya lo venía diciendo, desde mi punto de vista me parece que es un gran titán político, un hombre de gran valor, y sin conocerlo personalmente el país percibió a una persona trabajadora y berraca (como buen Antioqueño). Hombre inteligente y de actitudes serias, pero, que lastimosamente no supo ni ha sabido como asesorarse bien y contar con buenos equipos de trabajo que lo hayan llevado a prevenir varios desaciertos políticos y poder evitar tomar malas decisiones.

Como militar no activo de las Fuerzas Militares, puedo inferir que uno de esos desaciertos a los que me referí con anterioridad es el abandono y la espalda que les dio a los militares privados de su libertad. Acabó con la justicia penal militar en lugar de fortalecerla, envió a sus mejores soldados a la guerra con lanzas pero sin escudos y nuestros escudos debieron ser la protección jurídica.

Y con esto no me refiero a ser impune ¡ señores !, me refiero es a tener las mínimas garantías de que el accionar militar en el área de operaciones fuera custodiado y vigilado con una justicia que protegiera tanto al militar como al enemigo abatido, que salvaguardara a nuestros militares en el desarrollo del debido proceso, que asegurara la protección de la cadena de custodia de las diferentes pruebas y que pudiera evitar la compra de testigos falsos;  como presidente omitió ante el poder judicial exigir respeto en derecho, para una defensa digna ante un tribunal imparcial y justo y no como se ve aun, que muchos militares enfrentan estrados judiciales de una justicia infiltrada y permeada por la izquierda; no demandó respeto por la protección de los derechos humanos de sus hombres (porque los derechos humanos también aplican para la humanidad de ellos). Absolutamente nadie hablo por ellos y prácticamente nada de esto se evitó durante el gobierno de Uribe. ¿Cuál fue el resultado? Una cacería de brujas por parte de la fiscalía y el ente judicial, llenando las cárceles ordinarias de militares, vulnerándose muchos de sus derechos y llegando a una suma de 1500 militares privados de su libertad; con esto se cercenó la moral combativa de las tropas, muchos fusiles se silenciaron y entro el miedo a nuestras filas para no ser judicializados infamemente.

Justicia tan infiltrada zurdamente, que los militares percibimos las protestas de la rama judicial junto con los diferentes paros que se promovieron durante este periodo presidencial por el inconformismo de salarios y demás, como la excusa para dictar condenas a los militares. Llegamos a considerar, que por cada militar condenado, representaba una respuesta agresiva ante el ejecutivo por la negativa de las diferentes pretensiones ante al gobierno. Entendimos que el fin era deslegitimar la política de seguridad democrática como fuera, sino se accedían a las exigencias que hacían las asociaciones sindicales en sus protestas.

¿Hubo errores operacionales y excesos militares? Eso le compete a la justicia determinarlo, pero no puede ser concebido echar en un mismo saco todo lo que huele a camuflado sin antes pasar por un análisis y unas pesquisas detalladas de cada proceso judicial.

Se llegó al descaro de que un juez se dedicara exclusivamente a llevar procesos penales de militares, cargando hasta más de 15 procesos y obviamente todos con fallos condenatorios. A este juez se le sumaban el mismo fiscal y el mismo abogado de las víctimas que pertenecía a una ONG de derechos humanos con tendencia izquierdista, todos estos abogados adelantando los mismos 15 o más procesos. Cuando veían que un servidor del ministerio público no apoyaba la teoría del caso de esta terna, procedían a cambiarlo y si no podían, omitían todos sus alegatos de conclusión. Existen casos de compra de testigos falsos, de militares con condenas a cuestas y que nunca fueron a juicio, es decir, condenados como reos ausentes, se presentaron violaciones al debido proceso y a la exclusión de testimonios y pruebas cruciales donde se comprobaban la inocencia de muchos de estos militares.

Uribe y su equipo de trabajo no se dieron cuenta de esta guerra jurídica, no la previnieron y no la anticiparon. Lastimosamente esa guerra judicial hoy por hoy va detrás de él y va a patrocinar el indulto de los máximos cabecillas de las Farc, porque aún está en ejecución ese plan estratégico judicial por parte de los terroristas Habaneros. Está guerra jurídica fue diseñada por los tentáculos políticos de las Farc para ser consumada hasta más allá de la toma del poder, junto con la constituyente que busca la refundación de la patria. Esto para mí fue y ha sido un gran desacierto y no es solo eso, sino, que fue un gran error garrafal por lo que el país se verá en la obligación de presenciarlo y enmendarlo en el “posconflicto”.

Como buen militar, dentro de mi formación castrense, cuando fui cadete me enseñaron algo llamado “lealtad” y esto para nosotros es una consigna estipulada bajo el lema del Ejercito Nacional (Patria, Honor, Lealtad), Uribe la aplicó para con nosotros y eso es difícil de perdonar; por algo será que nuestro código penal colombiano tipifica la deslealtad como traición a la patria y nosotros nos sentimos traicionados. Además, cuando el confía ciegamente en Santos le da el aval y el respaldo para que fuera presidente y el hacerlo significo que traicionara las banderas de la política de seguridad democrática, con el agravante de que éste tampoco atacó la guerra jurídica sino que la termino patrocinando. Hoy día el señor Uribe Vélez está sintiendo el dolor de una traición y lo que ese error esta representando, creo que debe de estar frustrado al no haber podido prevenir este caos, porque lo de hoy es el resultado de su periodo presidencial.

Se podrá criticar el proceso de paz como tal, incluso yo soy uno de sus férreos críticos, pero con tristeza me atrevo a decir que las Farc nos ganaron la guerra y no con las armas sino con política y con la complacencia de Santos. La ganaron implementando la guerra jurídica y la guerra asimétrica, conceptos desconocidos por la política de seguridad democrática que no fueron tenidos en cuenta para prevenirlos y contrarrestarlos.

Tristemente las Farc son los únicos que han hablado de los militares privados de la libertad, pero no con el fin de representarlos sino de botar un salvavidas al mar para que los militares se prendan de estos y no se sigan ahogando con sus condenas de 20, 30, 40, 50 y demás años y así poder subirlos al barco de la paz. Ellos nos tiraron al mar y ahora nos salvan, que ironía. Este párrafo que estoy escribiendo quiero que lo lean con tono de desprecio, porque no me satisface escribir una realidad que incomoda a muchos, en especial a mí. Ese salvavidas se llama justicia transicional, diseñada para indultar terroristas, terminar de condenar los militares que les quedaron faltando y darles la libertad a los oficiales, suboficiales y soldados que ya llevan más de 8 años privados de su libertad; terminó siendo la única voz de estos militares que fueron arrodillados jurídicamente y prácticamente podríamos decir que es su única salida. Ya lo que Uribe y su equipo de trabajo pretendan hacer ahora es demasiado tarde; le diría al señor senador evocando las palabras de nuestro señor Jesucristo en la cruz que “Todo está Consumado”.
¿Cuáles serán los resultados de esta ofensiva jurídica? tendremos terroristas absueltos de todos sus crímenes haciendo política con armas, usaran las estadísticas que le dejarán la guerra jurídica, la guerra asimétrica y la justicia transicional para así poder equiparar ocho años de política de seguridad democrática- que para mí a pesar de todo fue efectiva esta política, ver publicaciones anteriores sobre los 15 años del plan Colombia- a 60 años de masacres, secuestros, extorsiones, narcotráfico, terrorismo y súmele muchos etcéteras porque seis décadas de barbaries no las puedo resumir en tan solo dos renglones. Nos doblegaron y el país sentirá el resultado de ese craso error.

Estas son mis razones por las que no me considero uribista, ahora veremos con que otros apelativos me tildaran los que santifican al señor Álvaro Uribe y que terminan rayando con el fanatismo. Creo que a las personas hay que decirle las cosas como son y hacerle notar sus errores así como hoy lo estoy haciendo. Aclaro, si no me considero uribista mucho menos santista, petrista ni todo lo que termine en terrorista ¡válgame Dios!
Señor senador, si usted puede leer esta publicación quiero que pueda comprender que no todos los militares lo santificamos, usted puede representar muchas de nuestras posturas y podemos coincidir en otras, incluso, podemos seguir la misma línea, pero eso no significa que algunos lo sigamos con fanatismo ortodoxo. La construcción de la patria no debe pesar en los hombros de un solo hombre sino en la construcción democrática de quienes nos duele la República y queremos hacer de ella que sea siempre grande, respetada y libre. Entiendo que usted es humano y tiene errores, pero el objetivo es reivindicarlos y se puede hacer mucho para subsanar las heridas de los que en algún momento nos sentimos traicionados. Ademas, como buen patriota le quiero decir que podríamos trabajar hombro a hombro por esta patria que tanto amamos y no dejarla a la merced de los terroristas. 
Quiero terminar diciéndole que para edificar país, debemos de reconocernos con nuestros errores y creo que a las personas que uno admira se les debe respetar haciéndole caer en cuenta de sus faltas, siendo claros y no refiriéndose con hipocresías y con falsas diplomacias. Y ojo, porque así lo hacen muchos que usted tiene a su alrededor, tiene muchos aduladores, fanáticoshipócritas y falsos.

sábado, 13 de febrero de 2016

Los 15 años del plan Colombia

“Para las Farc y su séquito de políticos comunistas el plan Colombia es y seguirá siendo un plan maquiavélico porque jugo en contra de todos sus intereses estratégicos sobre la toma del poder; con el plan Colombia las Farc fueron doblegadas y el narcotráfico perdió fuerza” 



Pasaban los años 1996,1997 y 1998 cuando yo aún era un colegial, para ese entonces, se podía observar a diario imágenes apocalípticas que los noticieros replicaban constantemente, donde exponían la crueldad y la infamia de terroristas de las Farc destruyendo y arrasando pueblos en su totalidad; veíamos como ponían caballos con bombas haciendo explosión en parques, plazas y tiendas asesinando personas inocentes; realizaban pescas milagrosas; tomas guerrilleras donde masacraban vilmente a soldados después de su rendición, tal fue el caso del capitán mazo en la toma de la base militar de las delicias, así mismo, observaba como sistemáticamente aplicaban la estrategia del ataque en masa y fuego nutrido (Termino que estudie y aprendí en la Escuela Militar de Cadetes) que aplicaron considerablemente en patascoy y Mitú.

Adicional a este panorama no muy alentador, se le sumaba una crisis política sin precedentes en nuestro país, el presidente de turno “Ernesto Samper” afrontaba el proceso 8000 siendo acusado de recibir financiación del narcotráfico para su campaña presidencial. Los estados Unidos automáticamente le quitaron la visa Americana y obviamente el respaldo y apoyo que el país del norte podía ofrecer.

Ante esta gran vergüenza para el país, en los dos aspectos tanto de seguridad como los nexos de la política colombiana con el narcotráfico nos encontrábamos ante una Colombia perdida y sin temor a equivocaciones teníamos ante nuestros ojos un Estado fallido.

Con la salida de Samper y la llegada de Andrés Pastrana vuelve la esperanza para la Colombia fracasada, trayendo consigo la tabla de salvación que fue llamada: “Plan para la Paz y el Fortalecimiento del Estado o Plan Colombia para la paz”, esto fue como tal, un acuerdo bilateral constituido entre los gobiernos de Colombia y Estados Unidos.

A continuación, profundizare sobre un punto primordial que es la seguridad del país y de como esta se fortaleció, así mismo, de cómo el plan Colombia sirvió de estrategia contra el terrorismo y el narcotráfico.

Plan Colombia

Ante este nuevo impulso histórico, me permitiré dividir en tres etapas significativas este plan por las cuales se desarrolló desde hace quince años.

La primera etapa la he denominado como: “concepción”; donde pudimos evidenciar como el nuevo presidente de los colombianos se permitía realizar un convenio con el país del norte y su homólogo Bill Clinton abriéndole paso al plan Colombia.

Durante la negociación, se destaca el papel realizado por Luis Alberto Moreno embajador en Washington y de Luis Fernando Ramírez como ministro de defensa; a su vez, se presenta durante este gobierno los fallidos diálogos en el caguan junto con el fortalecimiento militar y económico de las Farc.

La segunda etapa la he llamado: “implementación y avance”; asumido durante ocho años por Álvaro Uribe Vélez, donde se fortaleció su gran estandarte político y prácticamente su agenda como tal, esta fue la llamada “política de seguridad democrática”.

Este periodo de gobierno fue crucial para la recuperación de aquel estado fallido que hasta los últimos diálogos con los terroristas dejaba denotar inseguridad, desconfianza, debilidad y flaqueza.

Y la tercera etapa y menos favorecida denominada: “retroceso y fracaso”, donde se pierde todo lo logrado hasta ese momento.

La era Uribe

Esta etapa del plan Colombia fue asumido por la política de seguridad democrática, se orientó básicamente a la recuperación del país que estaba sumido en la vergüenza, y es por eso que se puede denotar un giro histórico de 180° cuando empieza la tarea de: “Relegitimizar y fortalecer las instituciones, de proceder a la recuperación del territorio Nacional y la implementación de una lucha frontal y permanente contra el terrorismo y el narcotráfico”.

Los recursos del plan Colombia fueron abundantes en cuestión de seguridad, permitiendo al país contar con unas Fuerzas Militares y de policía fortalecidas para el servicio de los colombianos, posicionándolas entre las primeras del continente con mayor cantidad de hombres, mejor equipamiento y mejor entrenamiento.

De esta manera los colombianos vimos como pasaban a la historia las víles y cruentas tomas guerrilleras a pueblos y bases militares, los secuestros masivos en las carreteras y en las ciudades, estas fueron reducidas en un 95%, la voladura de puentes se redujo casi en su totalidad, se diezmaron los atentados terroristas y se le persiguió a las Farc como lo que son: “bandidos narcoterroristas”. Se desmovilizaron a los paramilitares, se atacó la siembra de coca y se le declaro la guerra al narcotráfico como en los viejos tiempos de Pablo Escobar.

Se le dieron contundentes golpes a las Farc, las Bacrim y al Eln a tal punto de hacerlos huir a países como Ecuador y Venezuela, donde se han refugiado con el visto bueno de sus gobernantes de turno.

En entrevista al señor senador Alfredo Rangel en el programa la hora de la verdad, al preguntársele sobre los resultados de la política de seguridad democrática con el plan Colombia dijo: “El homicidio según datos estadísticos se redujo a la mitad, los retenes de las guerrillas narcoterroristas disminuyeron un 90%, lo mismo que las acciones terroristas descendieron un 80 %, los ataques a oleoductos disminuyeron un 70% “. Al preguntarle por la lucha contra el narcotráfico afirmo: “Las siembras ilegales y la producción de coca se redujeron en un 50%, así mismo las aspersiones y las erradicaciones masivas manuales de hoja de coca tuvieron sus efectos positivos, en la lucha contra las bandas criminales se extraditaron más de 1000 narcotraficantes a Estados Unidos incluyendo miembros de Farc y paramilitares”.

El doctor Fernando Londoño no fue indiferente ante estas declaraciones del senador, el por su parte afirmó:“Cuando Álvaro Uribe toma posesión presidencial en el 2002, habían más de 300 alcaldes que estaban fuera de sus municipios ejerciendo porque Farc los tenía amenazados de muerte y en su lugar ellos estaban gobernando, es decir más de la mitad del territorio nacional estaba al infortunio de estos bandidos, con el plan Colombia y la política de seguridad democrática se recupera la soberanía nacional, se fortalece la fuerza aérea y la aviación del ejército, se crean los batallones contra el narcotráfico que junto con la dirección nacional de estupefacientes se propinaron grandes golpes a este negocio ilícito”.

Desde mi mi humilde opinión, debo resaltar el trabajo de la fuerza pública con la población civil, se perdió el miedo a denunciar y resultaron efectivas las redes de informantes implementadas a lo largo y ancho del país. Se incorporó y se comprometió a las poblaciones y comunidades con su propia seguridad, sus únicas armas fueron el valor y un celular o una línea telefónica para informar; se crearon redes de cooperantes que sirvieron para adelantar fuertes trabajos de inteligencia y así acertar fuertes golpes a narcotraficantes, terroristas y bandidos. No hubo cabida para ellos en el país y como lo dije con anterioridad, les toco huir, escondiéndose en países vecinos.

En esta etapa se desarrolló un fuerte trabajo para la implementación de la defensa de los derechos humanos; a pesar de que la guerra jurídica cumplió su cometido a favor de los ilegales junto con algunos excesos que las guerras y los conflictos traen consigo, se pudo marcar una notable diferencia con años anteriores, donde bajaron los índices de desplazamiento forzado, se redujo considerablemente los asesinatos a defensores de derechos humanos y periodistas, se respetó la libertad de expresión y se dio una prensa libre, se protegieron los medios de comunicación y medios periodísticos, a pesar que se presentaron críticas, oposiciones y denuncias ningún canal radial ni televisivo se vio censurado, cosa contraria como si lo hicieron en su momento el régimen venezolano y cubano; con la desmovilización de los paramilitares se redijeron las masacres y los secuestros, a las Farc les toco entregar sus secuestrados retenidos por años en condiciones infra-humanas al mejor estilo de los campos de concentración Nazi y se le propino un golpe muy contundente que fue la gloriosa operación Jaque, muy conocida por todos los colombianos y declarada como una obra de arte para la estrategia militar donde se respetaron los derechos humanos de combatientes y no combatientes. A pesar de que se presentaron violaciones de derechos humanos se insistió en la promoción y la defensa de estos, al punto de marcar una notable diferencia con la Colombia antecesora del 2002.

Etapa de fracaso y retroceso

Con la llegada de Juan Manuel Santos a la presidencia viene el declive del pan Colombia junto con la política de seguridad democrática.

Con notable extrañeza el país vio como la máxima carta política que catapulto a Santos a la presidencia, fue tirada al suelo y pisoteada sin escrúpulos, siendo traidor no solo del que le dio su respaldo como lo fue el señor Uribe sino de los colombianos que dieron su voto de confianza para la continuidad de esta política de seguridad.

Retomando la entrevista al señor senador Alfredo Rangel en el programa la hora de la verdad afirmó: “con santos se desmonto cada uno de los componentes que se venían desarrollando en el periodo de gobierno anterior, entre ellos tenemos el cierre del programa soldados campesinos y el programa de redes de informantes”. Estas aseveraciones son reforzadas por el Doctor Fernando Londoño afirmando: Santos prohibió los bombardeos aéreos a las madrigueras de las Farc, prohibió las fumigaciones aéreas y terrestres, lo mismo que la erradicación manual, acabo la dirección nacional de estupefacientes y la extinción de dominio, cerró el paso a las extradiciones que era elemento fundamental en la política del país, es de recordar que se pagó con muertos en la toma del palacio de justicia para defender la extradición lo mismo que en la lucha frontal contra pablo escobar y santos inescrupulosamente sin más ni más cerro la extradición”.

Marcadas decisiones políticas que generaron la tendencia negativa de los indicadores de seguridad, cifras que antes fueron en ascenso ahora eran invertidas, empieza a aparecer de nuevo la voladura de torres de energía, el secuestro, se incrementó el terrorismo, los narco terroristas de Farc vuelven a veredas y municipios donde había sido desterrados debido a la presión y el control militar ejercido por la fuerza pública, así mismo, se incrementan los hostigamientos a bases militares y estaciones de policías, se multiplico la extorsión, también se fue en aumentó el reclutamiento de menores para grupos ilegales como Bacrim y narco Farc, acrecentaron los retenes ilegales y las deserciones que se presentaron en algún momento por parte de bandidos desertados de las filas terroristas se redujeron.

Según datos de naciones unidas, Colombia incremento la producción del narcotráfico en un 50% y el aumento de los cultivos de coca en un 40%, Las Farc vuelven a empoderarse del negocio de narcotráfico convirtiéndose en el mayor productor cocalero no solo del país sino del continente. Las Bacrim se aliaron con los terroristas desarrollándose un apoyo logístico y de inteligencia mutuo, elaborando así una alianza infernal entre estas dos organizaciones criminales.

Conclusiones

Para las Farc y su séquito de políticos comunistas el plan Colombia es y seguirá siendo un plan maquiavélico porque jugo en contra de todos sus intereses estratégicos sobre la toma del poder; con el plan Colombia las Farc fueron doblegadas y el narcotráfico perdió fuerza.

En Washington no hay nada que celebrar, todos los esfuerzos realizados en cuanto a la seguridad fueron en vano, el narcotráfico que tantos fallecidos ha dejado a lo largo de nuestra historia hoy por hoy descaradamente y sin la más mínima vergüenza a nuestros caídos en acción y personal civil se ha convertido en un delito conexo, es decir que es un delito prácticamente político y amnistiable.

Colombia posee una memoria cortoplacista donde no tenemos puntos de comparación y divergencia sobre lo que es y ha sido nuestra sangrienta historia. Olvidamos con facilidad el horror y el temor infringido de quienes nos han amedrantado con sus ilegales fusiles y terminamos siendo cómplices de ellos siendo ahora sus víctimas complacientes. Vemos con beneplácito orgullo que la solución a nuestros problemas es claudicándose política y militarmente a los enemigos reales de la patria y que nuestras contrariedades serán resueltas con una firma mágica en un papel pusilánime.

Seguimos creyendo que la paz es un trabajo del gobierno y no de nosotros, nos olvidamos que tenemos los gobernantes que nos merecemos porque vendemos nuestra conciencia a los engaños populistas. Sufrimos de alzhéimer cuando no recordamos que no podíamos viajar por las carreteras del país, cuando olvidamos con facilidad que cuando el terrorismo nos doblegó hubo alguien quien se sacrificó por cambiarlo todo.

No hay nada que celebrar cuando los narcotraficantes más antiguos y avezados del continente se labran un camino político impune, cuando justifican su lucha ilegal a un discurso romántico revolucionario con base en falacias populistas, cuando justifican sus atrocidades en una falsa lucha socialista demagógica, cuando usan engañosamente a campesinos para hablar de un agro que ellos mismos han corrompido por décadas, cuando hablan de medio ambiente siendo ellos los promotores de minas ilegales que atentan contra la naturaleza misma.

En fin, de mi parte no celebro nada, porque yo si recuerdo nuestras víctimas y nuestros caídos, pero más importante aún, no soy ni seré cómplice jamás de una farsa llamada paz.

miércoles, 10 de febrero de 2016

El nacimiento de mi princesa Guerrera




Les contare una historia que sucedió hace dos años, no es fantasía, es real y aunque tiene mucho de mágica me atreveré a decir que es una de las pocas historias que tienen algo de ficción, pero no, más bien yo lo llamaría fe.

En un día como hoy, hace dos años, más exactamente el 10 de febrero del 2014, aunque no me lo crean, vino al mundo una pequeña guerrera, nació sin nombre, pero de inmediato la llamaron Sara por ser el nombre de su madre. Madre que fue escogida por el creador para portar este gran regalo y madre que fue seleccionada para que pudiera superar junto con su pequeña la primera prueba de vida. Les confieso, no todos tienen la bendición de ser las protagonistas de este testimonio, porque muchas que pasaron por lo que les voy a contar no han sobrevivido para relatarlo.

Como en los cuentos de hadas y con la magia que trae consigo estos relatos fantásticos llegaba a este mundo un pedacito de cielo, media 33 cms y con un peso de 660 gramos, ¡pequeña! ¡Pequeña!, era tan pequeña que yo juntaba tan solo mis manos y cabía perfectamente en ellas, pero ojo, dije manos y no brazos, es para que entiendas bien el tamaño de este pedacito de cielo. Pude coger con mis manos el cielo y sostener la misericordia de Dios en tan solo este pequeño tamaño. Ya se imaginaran la felicidad que sentí al palpar el amor de Dios.

Pero bueno vamos en orden, empezaré por decirles que en esta fecha celosamente guardada en mi memoria, nació un pedacito de cielo que enfrento con coraje y tesón el pronóstico adverso del ser humano que tiende a ser incrédulo y arrogante. No me creerás, pero este pedacito de cielo se transformó en una pequeña guerrera en cuestión de minutos y lo hizo con un corazón inmenso y puro. Desde antes de nacer ya venía con tres armas fundamentales, estas se desfundaron por si solas cuando fue el momento indicado, son: el amor de Dios, la misericordia de Dios y la bendición de Dios. Con estas tres armas demostró lo que nadie creía y derroto con creces los diagnósticos clínicos, el pesimismo de los médicos, las incredulidades de los faltos de fe, las dudas de los incautos y la pesadumbre de los que en algún momento la sentimos. Pero no solo ella, detrás de su presencia venia la mano del creador para tendérsela a su madre que debido a este gran esfuerzo por traerla al mundo poco a poco se debilitaba y sentía morir, pero como ya lo dije, fueron las escogidas por él para ser las protagonistas vivientes de esta historia.

Los galenos aferrados a sus conocimientos médicos y con la experiencia que les ha dejado los años, se apresuraron a pronosticar que ni la madre ni la pequeña sobrevivirían, todo era cuestión de tiempo. Estaban padeciendo un síndrome que no recuerdo el nombre pero que era tan jodido que de 10 casos solo 1 se salvaba. No se imaginan el dolor que sentí al recibir esta noticia tan desgarradora y por un momento sentí caer.

Como buen hijo de Dios y católico desde niño, en ese momento me aferre al santo rosario y pedí al señor por la vida de mis dos Saras que se encontraban luchando por sus vidas. Cuando tuve la oportunidad de estar junto a ellas, me di cuenta que mis oraciones habían cumplido por ahora el 50% de mis peticiones, por el momento Sara madre había superado los negativos diagnósticos médicos, ahora seguía Sara pequeña. Pero con moral, porque ya no era yo solo haciendo oración sino que se sumaban a mis oraciones las de Sara madre y de la familia entera.

Bueno, pero aquí voy a hacer una pausa, no seamos exagerados, esto no era un cuento de hadas, a pesar que suceden cosas que cualquiera no creería no era fantasía era realidad pura, además, con las adversidades que vino esta chiquilla al mundo no tenía nada de fantasioso, más bien seamos aterrizados, este testimonio tiene algo de medieval, aquí no aplican ni duendes, ni magos, ni hechiceros. Y cuando me refiero a que mi relato tiene un tinte medieval es porque se asemeja mucho a una historia de guerreros y caballeros, donde son escogidos por Dios para cumplir una misión de honor.

Ahora sí, teniendo claro que es una historia de honorables caballeros, seguimos con el relato.

Me había quedado en que solo el 50% de las oraciones habían sido efectivas, y a pesar de eso, los médicos se atrevieron a decirnos a Sara madre y a mí que no nos hiciéramos ilusiones con la niña, porque ella a pesar de todo no viviría. Podrán entender una vez más como cayo en nosotros esta noticia. Sin embargo, la fe y la misericordia de Dios es infinita y nuestras oraciones siguieron en pie, hasta mamita María fue llamada para que intercediera y ustedes no se imaginan lo que hizo ella.

Cuando tuve la oportunidad de ver a mi pequeña, pude ver como estaba bien acomodada en una caja de cristal fuertemente protegida (incubadora, para los que no tienen idea de que hablo, pero síganme la idea), para mí era un cofre de cristal con un gran tesoro guardado y ella se encontraba ahí acostadita e indefensa (ella era mi tesoro). Como ya les dije, era tan pequeña que mi dedo meñique era más grande que un bracito de ella y estaba conectada a una cantidad de aparatos y tubos que le median el ritmo cardiaco, canalizada recibiendo líquidos y medicamentos para madurar los pulmones, parecía que un gran pulpo con grandes tentáculos la tuviera sumergida sin escapatoria, esa era su pelea y su lucha, tenía que superar este gran monstruo y crecer para fortalecerse. Sobre el gran cofre puse el santo rosario con el que oraba y mientras estuve a su lado oramos juntos y también cantábamos, pero, lo que yo no sabía era que san miguel arcángel la estaba custodiando celosamente y mamita María en mi ausencia la consentía, ¿y porque lo sé? Porque la obra de Dios es tan perfecta que a medida que pasaban los días y los meses nuestra pequeña crecía y crecía, pero no solo crecía de tamaño, sino que se fortalecía y se desarrollaba físicamente de una forma envidiable e increíble, a tal punto que poco a poco los galenos incrédulos terminaron por cerras sus bocas sorprendidos por lo que estaban presenciando.

Para mi dejo de ser pequeña y tuvo otra transformación, esta vez ya se convirtió en mi princesa guerrera, porque termino estando en su cofre de cristal por tres largos meses, batallando sin cesar, día tras día, sufriendo el dolor que le generaban las jeringas y la ausencia de su padre (osea yo, es que no les conté que me toco irme de su lado por cuestiones de trabajo, eso sí, les confieso que llore tanto que se me acabaron las lágrimas, pero mis oraciones siguieron sin cesar). Superó todos los obstáculos habidos y por haber ganándole la batalla a la muerte, dejando claro una vez más que sobre Dios no está nadie y que usted puede ser el mejor doctor del mundo pero que para él nada es imposible. Salió de su cofre tres meses después contra todos los pronósticos, sin ningún problema físico, absolutamente nada anómalo tenía en su cuerpo y se formó desde su corazón y pulmones hasta sus ojos y su cerebro sin ninguna novedad.

Hoy mi pedacito de cielo está cumpliendo dos años, y como el padre de ella estoy en la obligación ante Dios el hacer de ella una gran mujer. Guerrera prematura que se adelantó a venir a este mundo para cumplir lo que el padre de los cielos le encomendó, ¿qué es?, aun no lo sabemos, solo sé que él se encargara de orientarla y bendecirla, porque es su consentida y porque fue escogida por él. Esta historia aún no termina y se seguirá escribiendo con tal animosidad que a pesar de que pueda haber dificultades ya sabemos que sin el padre de los cielos no los podremos superar.

Hija, algún día leerás estas letras y quiero que sepas que eres una bendición para mí, te amo más que a mi vida, y daré todo de mi por hacer de ti una mujer berraca, ya lo demostraste, pero es mi deber el educarte para que jamás lo olvides, eres escogida por el creador y jamás debes de alejarte de él. Feliz cumpleaños mi pedacito de cielo.

¡AH! se me olvidaba, en su bautizo ella certifico ser hija de Dios y una guerrera con la bendición del espíritu santo, que la seguirá acompañando en muchas batallas más. Nuestra princesa sin nombre termino llamándose Sara Luciana, el primero ya saben porque, pero el Luciana es por su significado que es: “Luz de Dios”, eso es lo que representa ella para nosotros.

Yo no sé ustedes, pero yo había escuchado y leído muchas historias de caballeros nombrados por un rey y elegidos con honor para servirle no solo al soberano sino a Dios, pero, ¿de una historia como la que les acabo de contar, de una niña tan mimada y protegida por el creador, convirtiéndola en una princesa guerrera junto con tres transformaciones? No sé ustedes pero yo no.

Y colorín colorado esta historia aún no ha terminado.

Atentamente: Christian A. Ríos Moncayo. El papa mas enamorado del mundo de su pequeña princesa Guerrera.

domingo, 7 de febrero de 2016

La paz no está en la Habana

“Otra Visión sobre la verdadera Paz que requiere el país, donde la Habana solo hace parte de una treta malévola diseñada con otros fines. La recuperación de los valores patrióticos, la familia, el respeto y la tolerancia hacen parte de la construcción de un nuevo país.”



Muchas veces nos dejamos llevar por lo que dicen los medios de comunicación y más por lo que dice el gobierno en cuanto a la paz, influyen tanto en nuestras vidas que nos hacemos a la idea que en verdad la paz de Colombia está dada en la mesa de negociación con los terroristas de las Farc, a tal punto, que nos convencen de tener que aceptar lo inaceptable volviéndonos ciegos y resignados, a eso le llamo yo: "Pedagogía para la paz de Juan Manuel Santos".

Lastimosamente, hoy tengo que aterrizar a mucho incauto que anda por ahí deambulando, y decirles que la paz no está en La Habana y mucho menos debemos creer el cuento de la pedagogía para la paz del presidente de la República. La verdadera paz la construyes tú mismo, primero tenemos que empezar a cambiar lo que está mal en nuestras vidas como por ejemplo: la intolerancia (soy uno de ellos), el irrespeto por el que piensa diferente, el olvido de los valores, la ignorancia, entre otros.

Cuando hacemos este recorrido interior podremos exteriorizar con hechos nuestras actitudes, así mismo, el deber ser de las cosas es fortalecer la educación del hogar, enseñándoles a nuestros hijos valores como el respeto, la libertad, la bondad, la justicia, la igualdad, el amor, la responsabilidad, la honradez, la solidaridad, la verdad, la valentía, la amistad, el honor y la paz. Debemos enseñarles lo que hace muchos años se perdió como el amor por la patria, el respeto por nuestros mayores, el acatamiento de la ley y el respeto por los símbolos patrios.

Desde ahí es que empezamos a sembrar y construir paz, educando los niños para erradicar los problemas del futuro. Mientras que no nos convenzamos de esto el futuro será el mismo.

La cultura narco y la corrupción se enquistaron en todos los niveles de nuestra sociedad, un mal que nos está carcomiendo; ya los jóvenes no quieren trabajar sino ganar buen dinero con poco esfuerzo; el tener un arma y un fusil es lo que da poder y no las ideas y el intelecto; nos acorralaron los bandidos y hoy por hoy se premia la delincuencia con indultos y con prebendas. Vivimos en una sociedad donde se asesina por un celular, donde se quiere vivir fácil; se perdió el honor de servirle a la patria y del realizar un trabajo fuerte y honesto; hoy día, lo extraño es encontrar colombianos que quieran superarse y salir adelante mediante el trabajo y el estudio, y nos sorprendemos con hechos o acciones que deberían ser normales en una sociedad civilizada, por ejemplo, cuando una persona devuelve una suma de dinero que se encuentra y no le pertenece, esto nos sorprende tanto que se convierte titular de noticiero. Vivimos en un país donde elegimos ladrones populistas encorbatados para que manejen el dinero estatal y en contraprestación, lo único que recibimos de ellos son tejas, ladrillos y cajas de lechona, mientras, muy campantes se roban los dineros públicos; lo peor de todo esto, es que terminamos indignado porque la caja de lechona salió vencida.

La paz de La Habana es tan solo un mensaje utópico, porque la verdadera paz está en nuestras manos, poniendo en ejecución una real democracia participativa, donde verdaderamente se pueda elegir gobernantes a conciencia, donde se erradique la corrupción y la cultura narco, reemplazándolas por cultura política, cultura educativa, cultura ambiental, inclusión social etc. Todas las anteriores al servicio de la patria para construir país; esto no es fácil y más en una nación como la nuestra donde se deben sanar muchas heridas, pero por lo menos tenemos la opción desde ya de hacer lo correcto para construir futuro.

Por esta razón, saquémonos desde ya el casete que después que le den a las Farc todo lo que están pidiendo vamos a ser felices, al contrario, apenas empieza lo más difícil; ganaran ellos, nosotros no.

Por eso la invitación que quiero hacer en este artículo, es a que empecemos desde nuestros hogares a construir la verdadera paz para que podamos recoger los frutos en el futuro. Y obvio, no podemos ser cara dura con lo que está sucediendo en la actualidad, por eso debemos de prepararnos para afrontar lo que viene, y eso implica fortalecernos a conciencia desde la academia, educando a las personas para que puedan salir de la ignorancia sistemática a la que estamos sometidos todos los días por los detentadores de poder. Hagamos una oposición firme haciendo valer la democracia y la libertad, esa es una consigna permanente para la construcción de la República.

Quiero terminar con las palabras de Edmund Burke, en reflexiones sobre la revolución francesa y que me parece muy oportuno recordarlas: “Lo único que necesita el mal para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada”. Para no olvidar que los buenos somos más.