martes, 27 de junio de 2017

Asimetría Jurídica: Antes, Durante y Después del Post-Acuerdo



 “La asimetría se hizo presente en este conflicto de tipo irregular en los diferentes juzgados y arrodilló a toda una institución bajo el miedo de caer en prisión presentándose la baja moral de las tropas, se llegó hasta el abandono del mismo Ejercito a sus hombres terminando estos enfrentándose absolutamente solos a la guerra jurídica”

La real academia de la lengua define la simetría como: “Correspondencia exacta en forma, tamaño y posición de las partes de un todo”[1], es así, como este concepto cobra validez en el tiempo presente cuando nos referimos al pulso de fuerzas regulares enfrentadas en un conflicto. En mis últimas publicaciones me he referido más al término asimétrico evidenciado en la guerra jurídica, donde este concepto es aplicable a la misma guerra pero bajo diferentes parámetros de ejecución. Cuando hablamos de asimetría nos referimos a desigualdad, es decir, que no es simétrico o igual.

Me remontaré a las guerras de cuarta generación denominadas también de tipo asimétrico[2] o también de baja intensidad, esto debido a su tipificación, pero por ahora no me enfatizaré sobre el concepto propiamente militar –en otra publicación explicare la procedencia y la aplicación de la asimetría en el plano Internacional desde el ámbito de seguridad y defensa- sino a lo jurídico.
Van Creveld[3] afirma que los conflictos asimétricos requieren de un orden jurídico propio, y es así como el oponente irregular siempre utilizara la democracia y la fragilidad de los estados para sus fines. Colombia no es ajena a esta asimetría, por ende desde la aprobación de la ley 1820 del 30 de  Diciembre de 2016 en el título II, capítulo I Artículo 9 infiere términos simétricos con tan notable contrariedad que en tan solo dos renglones se habla de tratamiento especial diferenciado pero a su vez simétrico:

Artículo 9°. Tratamiento penal especial, simétrico, simultáneo, equilibrado y equitativo. Los agentes del Estado no recibirán amnistía ni indulto. Los agentes del Estado que hubieren cometido delitos con ocasión, por causa, o en relación directa o indirecta con el conflicto armado antes de la entrada en vigor del Acuerdo Final de Paz, recibirán un tratamiento penal especial diferenciado, simétrico, equitativo, equilibrado y simultaneo de conformidad con esta ley.

Ahora bien, una cosa es lo que dicta la ley y la otra es la realidad de cómo se aplique, todo depende de quien la interprete, de cómo sea dilucidada y de ahí si viene su aplicabilidad. En el marco jurídico para la terminación del conflicto armado en Colombia se dispuso una Justicia Especial para la Paz donde notablemente las amnistías y la participación política solo será destinada para una de las partes, en este caso para las FARC, sin embargo, para los miembros de la fuerza pública solo está dispuesto la aceptación de delitos para poder acceder a todos los beneficios y si no es así, al uniformado le tocara demostrar ante la JEP su inocencia y si esta falla en su contra (así como actúa la justicia ordinaria y no creo que sea diferente) su condena obviamente será de 20 años que a todas luces será preferible esta imputación a comparación de los 30, 40, 50 y 60 años de prisión que ya cargan en sus hombros. Me pregunto: ¿Dónde está la “Simetría” que tanto predica y repite y repite durante toda la ley 1820? ¿Cómo un texto como este de tipo jurídico puede predicar simetría pero a la vez ser asimétrico y contradictorio?

La realidad es que aquí los únicos vencidos son las FFMM así el comandante del Ejército pregone a los cuatro vientos todo lo contrario y les imponga a todos una medalla en el pecho con la “V” de Victoria, la asimetría se hizo presente en este conflicto de tipo irregular en los diferentes juzgados y arrodilló a toda una institución bajo el miedo de caer en prisión presentándose la baja moral de las tropas, se llegó hasta el abandono del mismo Ejercito a sus hombres terminando estos enfrentándose absolutamente solos a la guerra jurídica.

Pero la asimetría no termina ahí, el acceso a los beneficios de la JEP no son totales sino parciales, se ha diseñado de tal forma que para los terroristas de FARC su vida criminal sea higienizada por completo hasta llegar a la posesión del poder político con curules en el congreso con una mínima reparación y verdad –Por ejemplo la ONU se lleva 7132 armas sin poderse determinar su procedencia, es decir, su fabricación, como se compró, por donde entro al país, quienes las trajeron, como las negociaron, con qué dinero se compró etc, etc, etc.

Contraste para nuestros soldados que llevan años en prisiones enfrentando una guerra judicial desventajosa, esgrimieron su defensa contra un monstruo judicial tan colosalmente zurdo que el que cae en sus redes no sale bien librado, es así como los arrodillaron, acabaron con sus familias, los dejaron en la pobreza, el poco dinero que tenían se los llevo un abogado que no cumplió con su deber y en muchos casos dejaron los procesos tirados entendiendo y afirmando tajantemente que no había nada que hacer porque el uniforme y las botas son indefendibles.

Cambiar una prisión casi eterna por la libertad que ofrece la JEP es la mejor opción para cerrar un ciclo no solo del conflicto sino de la vida de cada uno de nuestros hombres recluidos en las cárceles militares y civiles del país. Esto es solo lo que les ofrece la JEP: “Libertad” porque no ofrece nada más.

De los primeros militares que recuperaron su libertad salieron a asumir su nueva condición en un país donde las oportunidades laborales son nulas para una persona que estuvo en prisión por muchos años y más si es militar, las oportunidades laborales son cero para nuestros soldados, aún se vive en Colombia con el estigma de miedo el dar empleo a una persona que estuvo privada de su libertad.
Tenemos la siguiente situación, nuestros militares no han tenido un proceso de adaptación a la vida civil acorde, muchos de ellos no han terminado la primaria y el bachillerato a pesar de que en los establecimientos de reclusión y centros militares penitenciarios del país se hace un proceso importante pero insuficiente porque los procesos no culminan con éxito ya que el apoyo por parte del sector privado no existe, sumado a esto que los procesos iniciados culminan cuando el militar sale con su libertad y no tienen una continuidad afuera. Por esta razón, el problema social tiende a la alza cuando los índices de desempleo son incrementados con nuestros militares en libertad.

No hay un trabajo social ni económico para post penado donde se asegure que una vez recuperada su libertad puedan ser un instrumento útil para su familia y la sociedad. La asimetría es palpable hasta del trato social que están recibiendo en estos momentos nuestros uniformados.

Aquí hay que entender algo, nuestros soldados en su mayoría vienen  de los estratos más humildes de nuestro país –tanto urbano como rural- y una vez saliendo de su prisión militar vuelven a ella donde el foco de violencia es supremamente marcado por conflictos barriales generados por micro tráfico, combos, BACRIM y demás tentáculos de la delincuencia donde nuestros soldados con su entrenamiento militar se convierten en un insumo apetecido para estos grupos o de lo contrario se verían envueltos bajo el huracán del desplazamiento forzado de sus hogares, barrio, ciudad o región.

Ahora bien, tengo casos registrados de oficiales y suboficiales que una vez recuperada su libertad varios de ellos incluso con estudios superiores profesionales y especializaciones se encuentran trabajando construcción -no se desacredita este trabajo por supuesto, por el contrario, enfatizo es en la necesidad que se ve envuelto este militar profesional altamente capacitado para terminar asumiendo un trabajo como este- desperdiciándose completamente personal brillante e inteligente que es importante para contribuir notablemente en el post-acuerdo.

Como no ser importante un militar que estuvo en el conflicto, recorrió centímetro a centímetro el país con su equipo y fusil, enfrentó solo la guerra jurídica, estudió, se preparó profesionalmente y recupera su libertad para ser desechado y descartado por la sociedad. Por el contrario, es un baluarte importante que podrá contribuir a la sociedad con rigor y profesionalismo. Una vez más el Ejercito no hace presencia para ayudar a sus hombres –en muchos casos, sus mejores hombres-, para el alto mando, su contribución fue la de gestionar libertades y nada más, una vez en la civil[4]  el abandono ya es total de parte de la institución castrense.

Este panorama es contradictorio con los beneficios que tienen las FARC en su proceso de resocialización para los guerrilleros rasos, ni que hablar del futuro laboral que tendrán en el congreso los miembros del secretariado. De esta manera vemos como de subversivos están pasando a ser escoltas bajo el amparo y la capacitación de la Unidad Nacional de Protección (UNP)[5]. –No sé porque, pero me parece que los camaradas comandantes de esa organización criminal si han defendido los intereses de sus hombres para el post-acuerdo-.

Ya para finalizar, quiero enfatizar en la asimetría como modelo inequitativo para un país que le apuesta a una paz real, estable y duradera. No podemos hablar de paz cuando una de las partes del conflicto es la más golpeada y pisoteada sin oportunidad siquiera de poder levantar la cabeza para reivindicarse con la sociedad, no puede ser que muchos de nuestros militares que afrontaron la colosal guerra jurídica y muchos de ellos inocentes hoy por hoy estén bajo la sombra de la exclusión total, otros hasta del destierro porque ya piensan en irse del país y arrancar una nueva vida. No puede ser que los colombianos no valoremos ese esfuerzo que ellos han hecho por la defensa de la libertad y la democracia dejando de lado hijos y familia para ser arrodillado por el aparato judicial y una vez recobrado su  libertad verse como el antagónico del conflicto, con oportunidades suprimidas para poder iniciar de nuevo y sin las herramientas necesarias para recuperar la poca familia que le queda. Mientras exista asimetría, nuestros militares estarán condenados de por vida.



[1] RAE, Real Academia Española, Definición de Simetría, Del lat. symmetrĭa, y este del gr. συμμετρία symmetría. Palabra Femenina.
[2] El concepto de guerras asimétricas y del uso estratégico de la asimetría, entendido en su forma más amplia como el uso de algún tipo de diferencia para obtener una ventaja sobre el adversario (Metz y Johnson, 2001)
[3] Martin van Creveld, The Transformation of War, The Free Press, Nueva York, 1991.
[4] Termino militar utilizado para hacer referencia a la vida no castrense, es decir, a la vida fuera de los establecimientos militares.
[5] Ver: Presidente amnistió a primeros 305 miembros de Farc. En Facatativá, la ONU también les entregó el certificado del desarme. Se preparan para ser escoltas. http://www.eltiempo.com/politica/proceso-de-paz/guerrilleros-amnistiados-por-santos-para-curso-de-escoltas-98188