“¡Cuidado!
ya existen casos donde se reportan personas y organizaciones que ofrecen servicios
de recolección de firmas y éstas cobran –a quien los contrate- para conseguir “X”
cantidad de firmas con un precio establecido, también ofrecen a la venta
paquetes de firmas y estos se encargan de conseguir las miles de firmas por las
que se le contrató, cada firma tiene un precio establecido que será pagado por
el contratante”
En los últimos 100 años de República,
el trasegar de nuestra historia Colombia ha presentado cambios en su arena
política notorios, vimos como la guerra bipartidista por el poder del país se
disputaba en una democracia carente de institucionalidad y de cultura política
al tradicional caudillismo.
Si pertenecías a los liberales
abanderabas las toldas rojas sin tener un mínimo de conocimiento sobre cuales
eran las bases ideológicas y el concepto sobre teoría política que esto
comprendía; así mismo, si eras conservador abanderabas las todas azules con un soterrado
discernimiento ideológico de lo que el conservadurismo representaba. Es así como por años se
ejerció una política provinciana por la fuerza a punta de machete y pistola,
donde la convicción ciega -esto si lo hacían religiosamente los militantes
rojos y azules- era la consecución del poder político con el uso de la
violencia que fuere necesaria.
A finales de los años 50
movimientos y organizaciones sindicales no se sintieron representados por el
liberalismo y se desligaron de este para promover nuevos partidos con
tendencias comunistas alineándose motivadamente y al unísono con la revolución cubana,
pero hubo algo característico que se presentó en su momento, después de la
buena dictadura y buena gestión del General Rojas Pinilla donde no solo pacificó
temporalmente el país sino que designó en el frente nacional la posibilidad de
que democráticamente cada partido se hiciera al poder político por un periodo
de cuatro años -al mejor estilo bipartidista norteamericanos-.
Así pasan los años 70´s y 80´s
donde el libreto siempre fue el mismo, la arena política bipartidista se siguió
deliberando a lo largo y ancho del país con sus altibajos y crisis
institucionales, aparecen nuevos actores criminales como guerrillas
terroristas, autodefensas, carteles de droga, bandas criminales, combos
delincuenciales etc. Procesos de paz fallidos, diferentes tomas terroristas
como la acaecida en el palacio de justicia, hasta que llego la constitución de
1991. Esta nueva constitución se generó después del proceso de paz realizado
con el M-19
buscando ser una carta magna más incluyente. De esta manera abrió la puerta
para acabar con el monopolio del bipartidismo en Colombia desarrollándose el
multipartidismo creándose nuevos movimientos y partidos políticos como el mismo
M-19, Polo democrático alternativo, partido Verde, Partido Mira, Alianza social
Indígena, siendo estos la representación de aquellos grupos sociales que se
sintieron excluidos durante la hegemonía liberal y conservadora.
Hoy por hoy el multipartidismo
está en crisis, las soluciones a los problemas económicos, sociales, de salud y
desempleo aún son necesidades
insatisfechas, la corrupción estatal formado desde las tres ramas del poder en complicidad
con algunos partidos políticos han marcado un derrotero abstencionista a la
hora de elecciones. Los partidos no representan el consenso popular y mucho
menos el ciudadano del común ve una salida viable en estos movimientos de
representación política. Ya la vieja política queda en el pasado, donde el
partido daba la orden por quien debían votar y los militantes ejercían su
derecho al voto apasionadamente, las redes sociales abrió el espacio para la
opinión y el consenso, aunque las maquinarias políticas aún existen ya no son
tan marcadas como antes. Lastimosamente en los últimos años la abstención ha
sido la gran triunfadora y es grave para la democracia que esto suceda.
Sin consenso la democracia se
reduce a la participación de unos pocos y esos pocos terminan eligiendo por
todos, lo peligroso es entrar en ese juego apático, porque la responsabilidad
democrática también debe ser asumida por el constituyente primario y si este no
hace uso de ella la democracia se debilita y tiende a desaparecer.
La falta de confianza en los
partidos y su carente legitimidad a llevado a que aportas del siguiente año que
tenemos elecciones presidenciales tengamos a septiembre de 2017, 28 pre
candidatos donde cada uno ha hecho públicas sus aspiraciones bajo el amparo de
recolección de firmas; es así como pasamos del bipartidismo y el
multipartidismo al personalismo que solo demuestra la falta de credibilidad y
respaldo ciudadano que tienen los partidos, pero ¿esto es bueno para la
democracia?
Si lo miramos desde un punto
de vista de medición estadística y se recogen las cantidad de firmas requeridas
por cada candidato, lo que podremos inferir es que pre tempore estaríamos viendo
como están midiendo el pulso los diferentes candidatos antes de hacer público
su adhesión a algún partido o por el contrario estarán analizando cómo están
parados frente al respaldo ciudadano, así mismo, estarían leyendo como está la
arena política en cuanto a favorabilidad y posteriormente poder hacer alianzas
o coaliciones. De no ser así los partidos ya estarían mandados a recoger.
Pero seamos serios, si cada
candidato se quiere desligar de sus partidos de origen debido a la corrupción
partidista, a la maquinaria política tradicional, a la falta de legitimidad
popular, a su forma clientelista de hacer política y se están sumando ahora a la
recolección de firmas con grupos o entidades que se encargan de pagarle a
personas por su firma, estaríamos viendo el mismo panorama pero con diferentes
actores y la corrupción de compra de votos se estaría cambiando por la compra
de firmas.
¡Cuidado! ya existen casos donde
se reportan personas y organizaciones que ofrecen servicios de recolección de
firmas y éstas cobran –a quien los contrate- para conseguir “X” cantidad de
firmas con un precio establecido, también ofrecen a la venta paquetes de firmas
y estos se encargan de conseguir las miles de firmas por las que se le
contrató, cada firma tiene un precio establecido que será pagado por el
contratante. Estos a su vez pagan por las firmas a los diferentes ciudadanos,
entre más firmas más cobran. Es igual de corrupto a la compra de votos, por eso
la democracia es responsabilidad de todos y a su vez de manera individual, creo
que ya es hora que empecemos a asumir responsabilidades y dejemos de estar
señalando solo al político y sus maquinarias.
La Registraduría Nacional
junto con los entes de control tiene un reto muy grande donde deben de
garantizar un buen ejercicio de recolección de firmas bajo la transparencia que
esto amerita.
Lastimosamente la carencia de
cultura política en este país es prácticamente en un nivel cero de educación y
las formas tradicionales de hacer política simplemente se adaptan mas no
cambian.
Estaremos pendientes de cómo
se desarrolla el ejercicio democrático y como ésta se desplegará en el último
año, observaremos con detenimiento si el personalismo es una nueva estrategia
política innovadora que promete más transparencia bajo el nombre de una persona
sin padrinazgos políticos representados en partidos o simplemente se está
adaptando a una nueva forma de hacer política bajo las luces camufladas de la
política tradicional.
CHRISTOPHER RIVERS