lunes, 13 de junio de 2016

Un trapo escarlata desde prisión


Muchas veces vemos los estadios inundados de banderas, hinchas, tifos, escudos, cantos y trapos, si ¡trapos!!

El trapo es aquel tejido armado con terlenca (hilo), donde se cosen sueños de campeonatos, vueltas olímpicas e historias de hinchas; se plasman letras y escudos colosales sobre una tela llamada gabardina, y esta termina transformándose en un símbolo sagrado para un hincha.

Este se diferencia de la bandera ya que representa a un grupo determinado de hinchas, es decir, una filial, un parche o un grupo, pero todos encaminados y unidos por una pasión; en este caso, el trapo refleja un simbolismo patrio para un equipo al que se le ha jurado amor eterno e incondicionalidad.

Como en las formaciones legionarias del sacro imperio romano que marchaban feroces con cánticos de guerra en sus bocas sedientas de victoria, abriéndose paso delante de ellos un gran estandarte que representaba a una columna (formación militar con una función determinada dentro del ejercito como por ejemplo: Infantería, caballería, artillería, etc.) cuando iban a la ofensiva, así mismo los hinchas peregrinan con sus trapos a rendirle culto al equipo que heredó y amo desde el momento que nació.
Ese mismo ritual se ve lunes tras lunes en el pascual guerrero y en cuanto potrero colombiano que caracteriza la segunda división del fútbol colombiano. Cumplen sin temores el juramento hecho a una bandera roja escarlata americana y ante su paso van los trapos, la representación de la filial, de la familia, del parche y del grupo que termina siendo un tesoro sagrado para aquellos caballeros legionarios que lo construyeron.

¡Si! estoy hablando de la mitad más uno, de la hinchada más grande del país, esa que no conoce de categorías, esa que es incondicional y leal, estoy hablando de nosotros los hinchas del único pentacampeón del fútbol colombiano, mi América de Cali.

El trapo representa no solo al grupo, sino la pasión y el amor profesado a la mechita; la dedicación y la entrega con que se construye es el reflejo de un compromiso eterno. Movidos por el sentimiento, su tejido y su bordado terminan siendo una gran filigrana mística, un culto a la grandeza y una ofrenda de lealtad incondicionalidad.

Los trapos legionarios escarlatas que engalanan el pascual no solo están presentes en Colombia, sino en cualquier rincón del mundo, estos estandartes han peregrinado en muchas libertadores, en merconortes, en ligas y copas, eso sí, sin olvidar que también han estado presentes en muchas alegrías y en demasiadas tristezas.

Como buen hincha de mi mechita, de mi América de Cali, sigo siendo orgulloso de mi herencia vallecaucana, de mi sangre, la herencia de mi familia, de mi abuelo, de mi madre y de mi tío, la herencia sembrada en los cañaduzales de mi Valle; herencia regada con la sangre de mis antepasados, herencia presente y viviente día a día; herencia que derrumba categorías, herencia que está por encima de la institución, de jugadores y de malos partidos; herencia palpitante y creciente en mis hijos. Aún sigo siendo orgulloso de esta gran herencia, a pesar de los resultados nefastos de los últimos años y de las malas administraciones. Como buen Vallecaucano sigo siendo orgulloso cada vez que digo de quien soy hincha, no me tiembla ni la voz ni el corazón para afirmarlo y no me vacila el pensamiento cuando me toca ir al pascual o donde este mi equipo.

Un trapo representa más que un equipo, representa lealtad, esfuerzo y sentimiento, es por esto que junto con un gran grupo de militares privados de la libertad (Americanos de muchas regiones del país) desde el año pasado se dispusieron a realizar un trapo que representara este sentimiento desde prisión y se me encomendó la misión de ser yo quien lo porte y lo cuelgue donde juegue nuestra mechita, de esta manera este juramento, este ritual y este símbolo de lealtad acompañará la mecha en todos los estadios, canchas y potreros ¡diciendo presentes !!


Este trapo de mucho significado representará no solo a un puñado de hinchas, sino que demostrará que el sentimiento no desciende a pesar las condiciones más difíciles, ellos entienden que es estar en la mala, donde muchos señalan, se ríen y condenan, nadie más que ellos que están en situaciones adversas y muy difíciles entienden lo que es el abandono. Por eso ellos con este trapo juran lealtad a nuestro equipo. Este trapo dará una voz de aliento y persistencia al equipo para salir adelante, y así como muchos de ellos se levantaran de las malas situaciones que se encuentran, de igual manera el equipo se levantara en victoria, porque “en la mala se conoce quien es quien” y estos héroes de la patria saben muy bien lo que significa esta frase, por eso el ser leales e incondicionales. La mecha esta en su prisión y estos hombres también tienen la suya, no porque lo quisieron, sino porque las circunstancias los llevaron a ambos a esta situación. 

De esta manera seré yo quien lo cargue y lo ponga estadio tras estadio, potrero tras potrero, partido tras partido. Ratifico mi compromiso, porque no es solamente un simple trapo, es la representación del sentimiento de un grupo de militares privados de su libertad que alientan desde las rejas y esperan una alegría para olvidar por un momento su difícil situación.


Christopher Rivers

Agradecimientos a quienes hicieron posible en el 2015 este objetivo:

Cesar Andrés Daza
Iván González Villafañe
Diana González
Rosa María Albarracín
Deysi Ramírez
Y para todos los que aportaron directa o indirectamente en la construcción de este precioso trapo en el CMP (Centro Militar Penitenciario) gracias totales !!!