Introducción
En 200 años de República hemos visto como nuestro desarrollo ha sido lento y pernicioso, cargado de
enormes obstáculos que no han dejado que el país tome un curso normal e
integrador en sus políticas y en su economía. El cumulo de problemas viene
colosalmente marcado por nuestro conflicto interno, fusionándose con éste
último se suman problemas de tipo social, económico y ambiental tan marcados
que es difícil establecer un control autónomo sobre las políticas que los
gobiernos han querido ejercer. La debilidad institucional y la falta de una
agenda seria tanto en el plano interno como en el internacional, ha llevado al
país a un enfrascamiento ensimismado, donde hemos visto cómo vamos aprendiendo
de nuestros errores y de nuestras incompetencias.
Es así como podemos
identificar evoluciones intrínsecas a lo largo de nuestra historia, desde la pérdida
de Panamá (gran revés político y económico), pasando por la formación de grupos
ilegales como guerrillas, paramilitares y narcotraficantes; concluyendo con la
ineficacia de los gobiernos para resolver nuestros propios problemas. De ahí
que podemos ver un reflejo internacional de pocas proporciones y de acciones
limitadas. Es por eso que desde Marco Fidel Suárez (Presidente 1918-1921) que
acuñó el “Respice Polum” (Vocablo en
Latín que significa mirar al polo, mirar al Norte) con el fin de alinearse
férreamente con la potencia del norte en cuanto a nuestra política exterior y privilegiar una relación especial con los
Estados Unidos, vemos como el concepto ha evolucionado al punto de establecerse
de forma antagónica el “Respice Similia”
(mirar a los semejantes) propuesta por Alfonso López Michelsen (1974-1978),
donde pretendía distanciarse un poco de la potencia del norte y abrirse camino
en nuestra relaciones exteriores con los vecinos y semejantes, es decir,
aproximarse mucho más a la región.
Basados en la experiencia
y con la carga histórica de errores y de incompetencias, aparece Guillermo
Fernández de Soto quien en un momento de su vida fungió como canciller en el
gobierno de Andrés Pastrana, postula y fusiona simultáneamente las virtudes de
los dos principios anteriores y propone un nuevo principio llamado “Respice omnia” (mirar el universo, mirar
el conjunto). Fernández propone un enfoque multilateral al manejo de la política
exterior, en el que se fomenten relaciones de todo nivel con países de
diferentes características, de acuerdo con el interés nacional, así mismo, afirma que se
debe crear una relación constructiva con Estados Unidos y esta debe de
entenderse como la “clave maestra” para poder tener inserción en el sistema
internacional.
Aciertos del
Respice Omnia
Desde el periodo
presidencial del ex presidente Andrés Pastrana (1998-2002) el país ha sufrido
una serie de cambios que han venido marcando el derrotero de las decisiones
políticas internas y de nuestra política exterior de forma determinante.
Pasamos del principio Respice Polum
al Respice Omnia de la siguiente
manera:
Los hechos ocurridos el 11
de septiembre de 2001 definieron una política mundial que fue la lucha contra el
terrorismo, y a esta gran cruzada debían unirse los esfuerzos suficientes de
parte de los países miembros de la ONU para apoyar a EEUU. Y es aquí donde Colombia
entra a jugar un papel importante. Nuestro conflicto interno sufre cambios considerables;
la denominación de guerrillas a grupos narcotraficantes y a su vez terroristas
conllevaron a que una vez más EEUU pusiera sus ojos de nuevo en Colombia con
mayor ímpetu, no solamente para seguir apoyando la lucha antidrogas, sino que
esta vez sus nuevos objetivos por combatir eran las FARC, ELN y Paramilitares
que no solo traficaban con droga sino que efectuaban actos terroristas contra
la población civil.
Este acto de cooperación
mutua y alianza férrea con la potencia de norte fortaleció el principio Respice Polum que se extendió
notablemente con la presidencia de Álvaro Uribe (2002-2010), donde se
realizaron grandes esfuerzos por alinearse con la política exterior de Estados
Unidos y se dejó de lado (más bien descuido) las relaciones diplomáticas con
sus vecinos, este fue el caso por el que Venezuela y Ecuador rompieron todo
tipo de relaciones con Colombia. Tenemos por ejemplo las acciones armadas de
Colombia en territorio ecuatoriano dando como resultado la muerte de Raúl Reyes
(segundo al mando de Farc) y sumado a lo anterior las múltiples acusaciones de
Uribe sobre el alojamiento y apoyo logístico a grupos terroristas de parte de
Venezuela; esto llevaron a tildar a Colombia de guerrerista y a poner en vilo a
la comunidad internacional sobre un posible enfrentamiento bélico entre dos y más
países hermanos en la región.
Pero es hasta el periodo
presidencial en el 2010 cuando toma posesión el presidente actual Juan Manuel
Santos quien asumió su mandato con múltiples problemas en cuanto a la política
exterior que se venía ejerciendo desde el gobierno anterior y donde el actuaba
como ministro de defensa.
Santos aplica el principio
Respice Omnia, donde sin desligarse por
mantener las buenas relaciones con la potencia norteamericana, se dedica esta vez
a restablecer las relaciones diplomáticas con los países de la región. El nuevo
presidente junto con su canciller María Ángela Holguín, emprendieron una agenda
que buscaba trazar una hoja de ruta en cuanto a las relaciones internacionales
y emprender una política exterior acorde con las exigencias del nuevo mundo
globalizado.
Lo primero que Santos y
Holguín hicieron fue desactivar y minimizar las tensiones con Venezuela y con
Ecuador, logrando restablecer las buenas relaciones con ambos países a pesar de
sus diferencias ideológicas. Lo segundo fue lograr con Estados Unidos el
Tratado de Libre Comercio (TLC), alcanzando con esto estrechar sus lazos de
amistad y de relación comercial con la potencia del norte. También tuvieron
tacto al manejar el asunto de Palestina, queriendo este último ser aceptado en
la ONU, donde Colombia reitero su deseo de que este conflicto con Israel tenga
un desenlace satisfactorio y se ofreció para ser facilitador del dialogo entre
ambas partes, con esta posición actuó de forma ecuánime entre ambas
poblaciones, sin desligarse del apoyo de Israel en cuanto al plano militar y a
la posición de aliado de EEUU.
De igual manera este
gobierno ha buscado dinamizar las relaciones con países importantes de otra
geografía como es el caso de Japón y Corea del Sur, así mismo, su protagonismos
en la comunidad Andina y en UNASUR ha marcado pautas de liderazgo regional; su
participación activa en la reconstrucción de Haití y el dinamismo sobre
acuerdos con países del pacifico como México, Perú y Chile han sido
determinantes en el plano regional. Gracias a este tipo de acciones podemos
afirmar que el papel de Colombia en el plano internacional está teniendo efectos
positivos que merecen posteriormente un interesante análisis con más
profundidad.
Dentro de mi punto de
vista, este principio de Respice Omnia
se debió de haber implementado desde el término de la guerra fría, donde la
visión del mundo cambió y donde la comunidad internacional estaba generando
transformaciones integradoras y globalizadas. Lastimosamente, nuestro conflicto
interno ha llevado a que seamos lentos al actuar en el plano internacional y
que lo dejemos de lado ocasionándonos aislacionismo acompañado de una notable
imagen negativa y mientras el mundo en su momento se globalizaba, en Colombia
aun no sabíamos cómo lidiar con el Narcotráfico, el terrorismo y la corrupción.
Conclusión
El “Respice Omnia” se presenta como un principio completo y funcional,
por el que se pueden crear mecanismos de injerencia en el ámbito internacional y
regional; establece pautas para no desligarse de la influencia y el apoyo de la
potencia del norte y así mismo da la capacidad de fortalecer los vínculos
diplomáticos con la región. Se pudo evidenciar que el principio Respice Omnia, tal cual lo formulara en
su momento Fernández de Soto, hace presencia como telón de fondo detrás de
todas las iniciativas emprendidas del gobierno Santos.
Este principio es el que
más le beneficia al país, donde se pueden dar soluciones a los problemas
internos generando una mutua cooperación no solo con el país del norte sino con
los países de la región. Con este principio se puede desarrollar una inclusión
en la comunidad internacional desde el punto de vista político, económico,
social y ambiental generando dinamismo interno y externo.