martes, 28 de febrero de 2017

Los No Alineados del Proceso de Paz


Muchas son las oportunidades que se le presentan a diferentes universitarios recién egresados de sus carreras profesionales y más cuando aún guardan el entusiasmo de devorar el mundo con su conocimiento y pretender cambiarlo, pero, que utopía se convierten estos deseos cuando te enfrentas a una realidad donde encuentras largas filas de profesionales frente a diferentes empresas u organizaciones de tipo privado y público con el ánimo de acceder a una oferta laboral que prácticamente solo ofrece máximo dos puestos.

Estas entidades a su vez juegan con el recién egresado debido a que en muchas ocasiones estos se ofrecen a trabajar por un salario que está muy por debajo de su perfil, sin embargo lo asumen porque quieren tener la oportunidad y adquirir experiencia; otros por el contrario, tienen la experiencia pero no se le miden a cualquier estipendio, y es entendible porque son profesionales que han realizado con mucho esfuerzo y disciplina especializaciones, maestrías y doctorados con el fin de enriquecer su perfil profesional y poder acceder a un puesto mejor con un salario superior.

Ahora bien, si para estos profesionales es difícil acceder al mercado laboral, ¿que podríamos pensar de aquellos profesionales que han pasado injustamente por una prisión o en el caso al que me voy a referir en este artículo a un “Militar que estuvo privado de su libertad”? Para mi ejemplo digamos que nuestro militar se llama el “Teniente Ríos”, el acaba de salir de un Centro Militar Penitenciario donde estuvo privado de su libertad por 10 años, su condena injusta solo dejo en él deudas como una multa de parte de la justicia colombiana de Setecientos Millones de pesos, desarraigo familiar, y una inhabilidad para no poder asumir por 20 años a un cargo público.

Él fue un Oficial preparado y entrenado desde la Escuela Militar de Cadetes José María Córdova para asumir la dirección táctica y operacional de contraguerrillas, pelotones antiterroristas urbanos y compañías de choque del Ejercito Nacional, por eso dentro de sus estudios es profesional en Ciencias Militares, donde este título solo lo pueden tener aquellos que deciden seguir la carrera de las armas dentro de la oficialidad. Él a su vez, estuvo injustamente privado de su libertad enfrentando la guerra jurídica que ha perseguido a todos nuestros soldados, donde han arrojado en muchos casos condenas infames, pero más aún sin tener en cuenta pruebas, condenados con testigos falsos o en el peor de los casos con sentencias condenatorias sin derecho a la defensa.

Éste Oficial recupera su libertad después de diez años de cárcel pero fue una persona que no se dejó vencer por las adversidades, es un patriota, él desde su celda (al igual que muchos militares en su misma condición) asumió una condena injusta y en lugar de sentarse a llorar se dedicó a prepararse académicamente, se sumergió en los libros con el único ánimo de estudiar y mejorar su perfil para que cuando saliera en libertad pudiera trabajar para el sustento de su familia y ser una persona activa a la hora de aportarle a la sociedad y a la patria ya no desde la institución castrense sino desde el ámbito civil. Sacó adelante dos carreras profesionales, estudia una especialización y sumado a este perfil profesional realizó varios cursos técnicos con el SENA junto con un sinnúmero de Diplomados.

Él recupera su libertad y como es una persona proactiva empieza de inmediato a sumarse al grupo de profesionales que buscan oportunidades laborales, encontrándose con la realidad que ya expuse al inicio del presente capítulo, pero con una gran diferencia de los demás, en tres oportunidades de trabajo y en tres diferentes empresas la respuesta fue la misma: “Usted cumple el perfil, tiene una muy buena hoja de vida y está por encima de muchos que aspiran a este puesto, pero su pasado “criminal” no le ayuda, así mismo, usted está inhabilitado para trabajar en cargos públicos y a pesar que ésta es una empresa privada no lo podemos tener aquí y mucho menos contratar”. Cruel realidad para una persona que a pesar de asumir con gallardía y decoro una condena injusta –y que lucho por todos los medios hasta quedar en la quiebra económica por asumir su defensa junto con sus compañeros- emitida por parte de la justicia Colombiana se le cierren las puertas de esa manera con la estigmatización que esto conlleva, sumado a esto los miedos que generan para muchos darle trabajo a una persona que pasó por una prisión, pero ahora sin derecho a una oportunidad.

Debido ante un panorama oscuro como este, cualquier persona en esta situación termina haciendo cosas indebidas de forma desesperada, pero no, él tiene fé de que pronto se abrirá la puerta que le dará la oportunidad, él tiene hijos por los que debe responder pero no se deja confundir por el desespero. Sale en su momento una convocatoria para la misma institución a la que trabajo por más de 13 años pero en este caso podría aplicar como politólogo, situación por la cual prepara su hoja de vida y la presenta en las oficinas castrenses, y como si fuera un déja vú, su hoja de vida en este caso ni siquiera es recibida ni tenida en cuenta, el oficial encargado de recibirlas argumenta que ya hay muchas hojas de vida para politólogos y que no había razón de recibirla, el Teniente pide que se la reciban que no importa que hayan muchas solo que le permitan participar de la convocatoria, a lo que el oficial le contesta que ¡No!  Y que además la entregó tarde –falacias porque aún estaba vigente la fecha límite de plazo para la entrega de hojas de vida-, ante la insistencia del Teniente para que le recibiera su documentación el oficial encargado al final le dice que no insista que ese puesto ya tenía nombre y que la hoja de vida de él no tenia chance por haber estado en un Centro Militar Penitenciario.

Situaciones extremas las que deben de asumir nuestros militares en un país sin memoria, donde se habla de paz y oportunidades para todas las partes participantes del conflicto y con lo que nos encontramos es que la balanza siempre estuvo inclinada para el lado incorrecto. En un país donde la justicia premia e indulta terroristas con “oportunidades laborales y políticas”, libera violadores y absuelve asesinos por falta de pruebas (caso colmenares), donde nunca se investigó la Farc política, donde se premian narcotraficantes con la oportunidad de ser congresistas, donde la corrupción solo la asumen los de abajo y los de la élite política corrupta sigue impune, donde el carrusel de las contrataciones es un capitulo olvidado. Pero cosa contraria es aquella justicia que es contundente, eficiente y eficaz a la hora de perseguir y condenar militares.

De este proceso de paz solo le hablaron a los militares de liberarlos de su prisión, a otros de solucionar sus problemas jurídicos y para mayor descaro que otros –de forma indirecta- asuman lo que no hicieron con tal de salir rápido, pero, ¿de ahí en adelante qué? ¿Qué les ofrece a ellos la paz de nuestro impopular presidente? En los centros militares penitenciarios solo les hablan de salir en libertad, ¿Pero de las oportunidades que?, si este ejemplo es el que vive nuestro Teniente que se preparó y estudió, ¿Que pueden esperar nuestros soldados que muchos de ellos no tienen la primaria y el bachillerato? ¿Qué Colombia es la que va a recibir a estos hombres que entregaron los mejores años de su vida al servicio de la patria dejando de lado hijos y familia? ¿Qué oportunidades hay para las familias de estos hombres que asumieron el acompañamiento moral desde su prisión? Porque aquí no podemos hablar solo del militar sino de su núcleo familiar, si lo que se busca es la no repetición de un conflicto prolongado y lo que queremos es evitar que este vaya a mutar bajo otro panorama ¿Qué oportunidades hay para nuestros soldados en una sociedad con altos índices de desempleo y con una reforma tributaria que tienen ahogados a pequeños y medianos empresarios? ¿Cuáles son la oportunidades que se vale la tan afamada paz que no tienen en cuenta ni siquiera a las familias de estos héroes?

Señor presidente, esto no es solo mirar para la zurda suya sino también para el lado donde están los hombres que vistieron con honor el uniforme de la patria, porque estos a diferencia de esos bandidos solo han venido pidiendo en los últimos años garantías jurídicas para una defensa digna, revisión de procesos, libertad para los que llevan más de 5, 6 y 7 años de prisión –hombres que a diferencia de los otros ya pisaron una cárcel y llevan muchos años en ella asumiendo de forma justa o injusta su responsabilidad-, libertad para los mismos que llevan esa cantidad de años pero sin solución jurídica.

Ellos a diferencia de las FARC no están pidiendo participación política, aunque si hacemos honor a la verdad usted debería de darles la misma oportunidad de que lo hagan para el pos acuerdo, porque usted en muchas alocuciones afirmó airadamente y de forma efusiva que las mismas prebendas para unos eran para los otros, así que darles participación política para nuestros militares que enfrentaron la guerra jurídica no sería descabellado. Además, usted lo puede hacer, como ya le dieron grandes facultades de decisión política y tiene un congreso que aplaude y notifica todo lo que usted diga de aquí en adelante debería de tener en cuenta esta sugerencia. Reivindíquese!!!

Termino no sin antes decir que sueldos de 1’800000[1] para terroristas que harán parte de la UNP son una muestra de que las oportunidades son solo para el lado que se mire, porque universitarios recién egresados trabajan por una suma muy inferior a esa, otros no alcanzan esa suma a pesar de muchos años de estudios académicos y con gran experiencia y un militar recién salido de prisión como van las cosas no vera esa suma ni en los sueños de aquel país utópico de la paz dibujada y prometida por nuestro nobel santificado.


Christopher Rivers.

1 comentario:

  1. La impotencia de quienes hemos tenido que vivir está triste y cruda realidad de forma indirecta no la alcanzan a comprender muchos, levantar un ánimo caído buscando argumentos más sutiles que la realidad que nos atropella, no sólo golpea a quien la vive de frente sino a quien cree a convicción que es una GRAN INJUSTICIA ver como la realidad de una igualdad de oportunidades sólo le cabe en la boca a quien no tuvo ni la delicadeza de revisar los planes ocupacionales de nuestros militares privados de la libertad para volverlos real de acuerdo a las características muy particulares de esta población que hoy por hoy es tratada con un sistema penitenciario que los iguala a cualquier criminal que hizo toda una carrera delictiva. Yo! Con gran propiedad hablo del tema y ahora que lo vivo desde el otro lado de las rejas veo con gran MOLESTIA como aún existen Colombianos que avalan una paz de la que sólo conocen en los medios pero que no tienen ni idea o peor aún se hacen los ciegos frente al abuso más grande que puede hacer un gobierno a un pais tan golpeado pero aun así tan luchador dando oportunidades a quien no sudo una sola gota ni hizo un mínimo esfuerzo por su PATRIA más que por sus propios ideales mientras quienes tuvieron la Osadía y el amor por está "COLOMBIA SIN MEMORIA" hoy de ella solo reciben portazos frente a su cara.

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